viernes, 25 de enero de 2013

NOS ENGAÑARON LOS MAYAS



Si usted me está leyendo quiere decir que seguimos vivos y que hoy ya es Nochebuena. A pesar de que el Calendario Maya acabó este 21 de diciembre, no se supo de ninguna lluvia de meteoritos o de algún desastre natural que pusiera fin a la terca humanidad de estos lados que no parece dejarse vencer ni por la moringa y mucho menos por el salami.

Luego de una intensa semana entre el fanatismo de los convencidos, la incertidumbre de muchos, el escepticismo de la mayoría, la curiosidad de otros, el inagotable humor que nos caracteriza para enfrentar cualquier situación y hasta la indiferencia y la ignorancia de los que echan el día felices sin periódicos ni noticias, ya para el viernes al mediodía la decepción parecía apoderarse de la gente y para entrada la noche los mayas ya eran un chiste. Como quien guarda secretamente altas expectativas y paga por el show y al final no ve ni fuegos artificiales.

Circulaban versiones de una sobrecogedora oscuridad que arroparía el planeta por días; también se hablaba de un tsunami que arrasaría con todo a su paso o una lluvia de meteoritos que acabaría hasta con las cucarachas; los más osados se prestaron para divulgar una supuesta información de la NASA que rendía cuentas de una alegada alineación de los planetas que ubicaría al que habitamos entre Marte y Júpiter y que dejaría a La Tierra por 68 horas sin luz del sol y por supuesto sin internet, teléfono, servicios y luz eléctrica, si eso no era el fin de mundo para muchos entonces estaba muy cerca de serlo y por si fallaba, la explicación técnica se encargaba de asustarlos o por lo menos ponerlos a pensar.

Mientras los mayas hablan en sus profecías del nacimiento de una nueva era para la humanidad, el calendario Maya se agotó pero el nuestro sigue vigente y el mundo, se quiera o no, sigue su curso sin fallar hasta el momento.
Lo cierto es que el sábado 22 nos despertamos frente al mismo panorama. La impunidad, el narcotráfico, la corrupción, la delincuencia, el “darle pa abajo”, la violencia, el barrilito, la gasolina cara, el dinero que no alcanza, el drama de los hospitales dominicanos y el pobre que no tiene dolientes siguen siendo la triste y dura realidad.

Por suerte hoy ya es Nochebuena y los días venideros hasta la visita de los Reyes Magos nos brindan una preciosa oportunidad de disfrutar la calidez de la familia, los buenos amigos, las luces del arbolito, los regalos, la ilusión y la inocencia de los hijos, las vacaciones, la brisa fresca, el baile, la comida, los tragos, la música, las fiestas y por supuesto el amor en todas sus dimensiones.

Que los mayas sólo traigan la tolerancia y la flexibilidad de la que hablan en sus profecías, que ojalá como dicen ellos, se agote la era de materialismo y odio que nos arropa en estos tiempos y que estemos para vivirlo. Mientras, que no se pierda el ánimo de batallar por un mundo más justo y que el amor y la bondad sean siempre el motor de todas nuestras acciones. Feliz Navidad!

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