sábado, 10 de diciembre de 2011

HOY NO TENGO TEMA

Si algo me ha enseñado la vida es que todo fluye. Las cosas pueden tomarse su tiempo en llegar pero tarde o temprano llegan. No hay por qué insistir con lo evidente, por el contrario, en un momento de tranque la paciencia juega un papel primordial para poder sentarse y esperar que las aguas bajen a su nivel.
Para mí, escribir es un ejercicio de entrega personal y en cada uno de mis artículos hay siempre mucho de lo cotidiano, me atrevo a afirmar que los temas me escogen a mí. Tomo mucho de las expresiones de la gente, del diario vivir, del ciudadano común, de la esencia de lo que pasa frente a nuestros ojos y que no somos capaces de percibir. Por eso me permito dejar que los temas fluyan y lleguen a mí cuando ellos decidan.
Hay momentos en que es válido un empujón para despertar del letargo pero hay ocasiones en las cuales la imaginación parece volverse estéril y por más que se insista no vienen las ideas y si no nacen las ideas dificilmente aparezcan las palabras adecuadas para escribir.
A mi me gusta escribir por inspiración y a veces la inspiracion se aleja, no logro sentirla. Ahí lo más aconsejable es no forzar las cosas. No es bueno arrancar el fruto antes de que esté maduro, y precisamente eso es lo que me ocurre en esta oportunidad que debo entregar mi artículo y no tengo tema que me inspire.
Escribir no es simplemente poner en blanco y negro lo que viene a la mente, más que eso es el resultado de un conjunto de sensaciones en la imaginacion del escritor y cuando esas sensaciones llegan, entonces la redacción se hace más fácil. Aunque hoy he tratado de escoger un tema, que sobran cuando se acerca diciembre, entre el ajetreo de la gente en las calles; los planes tempranos para gastar el doble sueldo que aún no llega a las manos; los tapones en el tránsito; los hijos pidiéndole a Santa Claus y los Reyes Magos todo lo que ven en televisión; temas sociales y hasta políticos; pero que va, ninguna de esas situaciones ha generado en mi la suficiente motivación y no me ha quedado más que resignarme ante lo irremediable y hoy ante ustedes me declaro sin tema. Para no fallarles en mi esencia, con un artículo atropellado y forzado, prefiero disculparme y entregarles mi espacio que hoy carece de tema.
De igual forma como he celebrado con ustedes el llamado de la musa cuando ha regresado de sus vacaciones y me ha hecho escribir con fluidez y a ver temas en cada rincón, con el mismo realismo acepto su distancia y respeto su alejamiento. Mientras tanto, cruzamos los dedos para que regrese a mí la cotizada inspiración. Que sepa que cuenta con mi anuencia para regresar cuando ella decida, eso sí, que sea antes del próximo domingo.

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