sábado, 7 de enero de 2012

ADIOS AÑO VIEJO!

Sin pena y sin remordimientos despida el año que acaba y ábrale las puertas al que recién comienza. Lejos de aquel merengue alusivo al año viejo, no sienta tristeza por despedir este ciclo. No se trata de botar cosas viejas, menos de favoritismo con lo nuevo, más bien de una oportunidad que nos brinda la vida cada doce meses de renovar las fuerzas, de trazarnos metas y diseñar nuevos sueños.
Se trata de poner un punto final y empezar de cero un nuevo capítulo en el libro de la vida. No hay razón para sentirse mal por despedir un año viejo, desgastado y en desuso y recibir al nuevo que nos sonríe. Agradezca lo vivido, lo bueno y lo malo, dé gracias por las malas experiencias también, porque siempre serán eso, experiencias.

Atesore los buenos momentos y valórelos como un regalo preciado. Recuérdelos con cariño pero no se apegue al pasado. Un nuevo año nos da el chance de superar aquellos momentos y de hacer de los próximos doce meses los mejores de su vida, hasta que llegue el próximo año de turno.

Los brindis en la cena del 31 de diciembre ocupan las metas del nuevo año; Los deseos de la familia se bañan en champagne; las ilusiones brotan de los corazones; la esperanza de que las cosas saldrán mejor; de superar el tiempo viejo y de que los hechos pasados queden como lecciones de vida.

Las doce de la noche marca el inicio de una nueva carrera por superarnos y trae consigo la emoción y el entusiasmo de lo que está por estrenarse. Los rituales para recibir el año son muchos, ya sean las doce uvas, usar la ropa interior al revés, encender velas, sacar las maletas a la calle, vestir una prenda amarilla, quemar incienso o cerrar los ojos y pedir un deseo, el abrazo de felicidades del primer día de enero nos somete con dulzura a lo que trae el tiempo nuevo y nos regala la voluntad para encarar lo que venga.

El tiempo es irreversible, no hay marcha atrás y hay que andar a tono con el discurrir del reloj. No deja espacio para lamentos porque existe el riesgo de quedarnos rezagados y perder una vida pensando en lo que pudo ser; sin embargo el tiempo sí aplaude los nuevos inicios, queda de usted recibir de buena fé la oportunidad que nos da enero para creer en nosotros y emprender valientemente lo que la suerte nos trae, y si la suerte no aparece entonces salir a encontrarla.

Cuántas resoluciones de año nuevo se pierden en el amarillo olvido y mueren antes de marzo. Muchos gimnasios que se pagan en enero y que no sobreviven a abril. Anhelos de un nuevo amor o la tonta ilusión de que el viejo amor cambie o despierte del letargo. Sea cual sea su deseo, que no se quede en papel y no lo domine la pereza. Luche por ellos, respételos y pruébese a sí mismo que es capaz de lograrlo.
 
Déjese contagiar del espiritu del año nuevo, el que se fue se fue y si no está es por alguna razón, igual pasa con los años, ceden el espacio para que la historia escriba mejores parrafos en nuestras vidas. Deje ir en paz este año agotado, decadente y tembloroso ante las puertas de este nuevo periodo lleno de fuerzas y brios. Que el 2012 sea el mejor año de su vida y que nos sigamos leyendo!...Feliz Año Nuevo!

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