lunes, 6 de mayo de 2013

PERMISO PARA ALARDEAR


Si algo valoro y exhibo con orgullo pleno es a mi familia. En cada uno de ellos encuentro inspiración, historias de vida que con cariño y a veces hasta sin saberlo me regalan y ejemplo digno como vivido por mi misma por la cercanía en el trato y el amor que de manera tan natural nos dispensamos entre todos.
Aquel dicho que reza “dime de qué alardeas y te diré de qué careces…” aquí pierde toda validez; porque si algo atesoramos en casa es la unión familiar que nos caracteriza y la costumbre espontánea de hacer común el problema del otro. Un problema de un hijo, de un hermano, de los sobrinos, de papi y de mami, es un problema de todos. El amor y la unión son la mejor herencia que de generación en generación vamos dejando como legado, especialmente en momentos en que la sociedad y la familia urgen de valores y al mismo tiempo se vuelven tan tristemente escasos.
Pero cómo no sólo de problemas vive el hombre y la familia, en la mía también celebramos y hoy, con la anuencia de ustedes, me permito celebrar con ustedes y así de paso convertirlos en dulces cómplices de mi felicidad, por la publicación del más reciente libro de mi papá.
No hace falta ser periodista o escritor para saber del esfuerzo, la disciplina y la dedicación que conlleva hacer realidad una obra escrita con concepto y con respeto. Las largas jornadas de trabajo y de labor intelectual que ocupa escribir un libro de historia. El ejercicio mental y físico que agota como un parto que se extiende por meses y muchas veces por años, lo que tome parir un hijo intelectual en nombre de perpetuar las vivencias y de aportar su cuota a la memoria histórica de los que no vivimos aquellos años.
Mi familia está de fiesta. Finalmente acariciamos el primer ejemplar de una obra más que mi papá regala a la historia y junto a él, saboreamos todos la satisfacción del deber cumplido y de la labor realizada.

“Manolo, cincuenta años después” es la publicación número trece de mi viejo, a propósito de cumplirse el 21 de diciembre, los cincuenta años de la muerte de Manolo Tavárez Justo, el principal dirigente del Movimiento Revolucionario 14 de Junio y el más grande líder revolucionario de toda una época. Escrita con la intención de contribuir al estudio y al conocimiento de una historia de lucha tan larga como intensa y noblemente movido por la necesidad que lo adorna de apelar a la esperanza para que no cese la batalla en el intento de rescatar y preservar la herencia de aquel líder inmortal, que aún hoy, a sus cincuenta años de desaparecer físicamente despierta el carisma de aquellos tiempos.
En mi casa hacemos patria cada día. Con el ejemplo de un viejo e incansable luchador que a sus 71 se mantiene firme en sus ideales, sin rendirse, sin venderse y siempre al pie del cañón. Su obra “Manolo, cincuenta años después”, que pronto se pone a circular, es una muestra fiel de que ni los años ni las canas en el pelo pesan tanto como para cambiar el rumbo de la conciencia cuando se tiene claro el norte de su lucha. A más de medio siglo de tomar la senda de la revolución, el hombre sigue creyendo fielmente en lo que lo movió a dejar la comodidad de su casa para internarse en las montañas abanderado de la sed de libertad.
La valentía, la constancia y la integridad de mi papá me regalan no sólo motivos para sentirme orgullosa y comprometida a hacer las cosas bien para hacer honor al nombre de él y de mi mamá sino también deseos de sobra para libremente alardear en esta Comparsa que es más de ustedes que mía y que de seguro me conceden el permiso de hacerlo, aunque sólo sea por hoy.

@paochaljub

1 comentario:

  1. Me despertaste la curiosidad por ese interesante libro amiga, voy a buscarlo a ver que tal!

    Saludos!!
    http://modafemeninada.blogspot.com

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